ISSN: 3006-1393 ISSN-L: 3006-1393 |
Periodicidad: Semestral |
Vol. 5. N° 8. Febrero 2025 – Julio 2025 |
Relación entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito en Puno, Perú
Relationship between alcohol consumption and traffic accident trials in Puno, Peru
Bach Delfín Cari-Mamani
delfincarimamani2121@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1802-3051
Universidad José Carlos Mariátegui – Perú
http://doi.org/10.62349/revistauno.v.5i8.32
El consumo de alcohol tiene profundas implicaciones en la salud y la seguridad vial, afectando a la sociedad en su conjunto. El objetivo de la presente investigación fue determinar la relación entre el consumo del alcohol, sus dimensiones y los juicios por accidentes de tránsito en Puno, Perú. Se utilizó un diseño no experimental, correlacional y transversal. Se aplicó un cuestionario a una muestra de 79 operadores de justicia. Los resultados revelaron relaciones significativas entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, con coeficiente de 0.29; de manera similar se comportaron entre el peligro común (0.282) y la prueba de alcoholimetría (0.230), todas con una significancia inferior a 0.05. Se concluye que conducir bajo los efectos del alcohol no solo es un peligro individual, sino también un riesgo para la seguridad comunitaria en general, lo cual es considerado un factor crucial por los tribunales.
Palabras clave: Accidentes de tránsito; Consumo de alcohol; Daño moral; Peligro común; Prueba de alcoholimetría.
ABSTRACT
Alcohol consumption has profound implications for health and road safety, affecting society as a whole. The objective of this research was to determine the relationship between alcohol consumption, its dimensions, and traffic accident trials in Puno, Peru. A non-experimental, correlational and cross-sectional design was used. A questionnaire was applied to a sample of 79 justice operators. The results revealed significant relationships between alcohol consumption and traffic accident trials, with a coefficient of 0.29; similar relationships were observed between common danger (0.282) and the breathalyzer test (0.230), all with a significance less than 0.05. It is concluded that driving under the influence of alcohol is not only an individual danger, but also a risk to community safety in general, which is considered a crucial factor by the courts.
Keywords: Traffic accidents; Alcohol consumption; Moral damage; Common danger; Breathalyzer test.
El consumo de alcohol es un fenómeno social y de salud pública que ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas debido a sus implicaciones en el comportamiento humano y la seguridad vial (Alessandrini y Lambrosquini, 2022). Se define como la ingesta de bebidas alcohólicas, cuyos efectos pueden variar desde una ligera euforia hasta la pérdida total de habilidades motoras y cognitivas, dependiendo de la cantidad consumida y la tolerancia individual (Organización Mundial de la Salud, 2024). La relación entre el consumo de alcohol y los accidentes de tránsito es particularmente preocupante, ya que el alcohol es un factor determinante en la ocurrencia de estos eventos, afectando negativamente la capacidad de reacción y juicio del conductor (Cuadrado y Campaña, 2024).
El análisis del consumo de alcohol en el contexto de los juicios por accidentes de tránsito es crucial, ya que permite entender no solo las causas subyacentes de estos incidentes, sino también las consecuencias legales que enfrentan los involucrados, ya que se refiere a los procedimientos legales que buscan determinar la responsabilidad civil o penal derivada de un accidente vehicular. Estos juicios son esenciales para establecer las compensaciones adecuadas a las víctimas y para garantizar que se tomen medidas preventivas contra comportamientos imprudentes al volante (Giménez et al., 2012).
Se ha determinado que, entre los factores de riesgo que intervienen en la ocurrencia de accidentes del tránsito, tienen un impacto clave, la ingesta de alcohol, el consumo de drogas o sustancias estupefacientes, los cuales disminuyen la agudeza mental, capacidad de juicio y la velocidad de reacción, con esa falsa sensación de bienestar se incrementa la tendencia de la impulsividad y agresión al volante, volviéndose peligrosa la conducción, teniendo los reflejos muy perturbados, llevando a la pérdida del control preciso de los movimientos, la coordinación, disminución notable de la vigilancia y percepción del riesgo (Molina, 2008).
Una dimensión importante para considerar es el peligro común asociado al consumo de alcohol. Este término se refiere a la percepción colectiva del riesgo que implica conducir bajo los efectos de esta sustancia, tanto para el conductor como para otros usuarios de la vía. La legislación vigente en muchos países reconoce esta situación como una exposición al peligro común, estableciendo sanciones severas para quienes infringen las normas relacionadas con la conducción bajo los efectos del alcohol. La percepción del peligro común es fundamental para entender cómo este consumo puede afectar la seguridad pública y las dinámicas sociales en torno a la conducción (Angulo y Barrios, 2024).
La prueba de alcoholimetría constituye otro factor relevante, ya que se utiliza para medir el nivel de alcohol en sangre de un conductor. Esta prueba es crucial en el contexto judicial, ya que proporciona evidencia objetiva sobre el estado del conductor en el momento del accidente. La validez y precisión de estas pruebas son fundamentales para determinar la responsabilidad legal en juicios por accidentes viales (Velasco et al., 2023). La implementación adecuada de pruebas de alcoholimetría puede influir significativamente en las decisiones judiciales y en la percepción pública sobre la gravedad del consumo irresponsable de alcohol.
Por otra parte, el quantum indemnizatorio se refiere a la cuantificación económica del daño sufrido por las víctimas en accidentes relacionados con el consumo irresponsable de alcohol. Este aspecto es crucial dentro del marco legal, ya que determina las compensaciones que deben recibir las víctimas por daños materiales, gastos médicos y perjuicios psicológicos (Vigil, 2022). La evaluación adecuada del quantum indemnizatorio no solo busca restablecer a las víctimas a su estado previo al accidente, sino también servir como un mecanismo disuasorio contra conductas peligrosas.
El daño moral es otro aspecto esencial en este análisis se refiere al sufrimiento emocional o psicológico que experimentan las víctimas como consecuencia directa del accidente. Este tipo de perjuicio puede ser difícil de cuantificar, pero tiene un impacto significativo en la vida de las personas afectadas (Bowen, 2024). La consideración del daño moral en los juicios por accidentes es fundamental para ofrecer un enfoque integral que contemple tanto los aspectos económicos como emocionales del sufrimiento humano (Vargas et al., 2021).
Analizar el consumo de alcohol y su relación con los juicios por accidentes de tránsito es vital para comprender las dinámicas legales y sociales involucradas. Las dimensiones del peligro común, la prueba de alcoholimetría, el quantum indemnizatorio y el daño moral son elementos interrelacionados que ofrecen una visión holística sobre cómo abordar este problema social (Borja et al., 2023). La implementación efectiva de políticas públicas orientadas a reducir el consumo irresponsable de alcohol y mejorar la seguridad vial es esencial para proteger tanto a los conductores como a otros usuarios de la vía.
A pesar de la importancia de estos análisis, las limitaciones en los juicios por accidentes de tránsito relacionados con el consumo de alcohol son diversas y complejas, tanto a nivel general como en América Latina. Existe una notable subestimación del riesgo asociado al consumo de alcohol en varios sectores de la población, lo que puede influir en la percepción general y en las decisiones judiciales; el análisis basado en datos confiables constituye un desafío para los sistemas judiciales que deben basarse en estadísticas precisas para establecer responsabilidades y sanciones adecuadas. La variabilidad en la interpretación y aplicación de las pruebas de alcoholimetría también afecta la consistencia en los juicios, ya que su implementación puede variar entre jurisdicciones, generando desigualdades (Borja et al., 2023).
Otro aspecto crítico es la subjetividad en la evaluación del quantum indemnizatorio y el daño moral, la dificultad para cuantificar el sufrimiento emocional y psicológico asociado a los accidentes puede resultar en compensaciones insuficientes para las víctimas. Por otra parte, la percepción del peligro común relacionado con el consumo de alcohol presenta limitaciones; aunque se reconoce el riesgo, un porcentaje significativo de personas lo minimiza, obstaculizando esfuerzos para implementar políticas efectivas (Salazar, 2024).
En este contexto, se resalta la necesidad investigar ¿cómo influye el consumo del alcohol en las decisiones judiciales relacionadas con los juicios por accidentes de tránsito?, ¿cuál es el impacto de los resultados de las pruebas objetivas y las percepciones del riesgo del consumo de alcohol en estos juicios? Teniendo en cuenta lo antes expuesto, el objetivo de la presente investigación fue determinar la relación entre el consumo del alcohol, sus dimensiones y los juicios por accidentes de tránsito en Puno, Perú.
La investigación se llevó a cabo en el Distrito Judicial de Puno, Perú, durante el año 2023. Se caracterizó por un diseño no experimental, correlacional y transversal, con un enfoque cuantitativo que permitió analizar y describir las relaciones entre las variables estudiadas:
• Consumo de alcohol (variable independiente): se refiere a la cantidad y frecuencia de ingesta de bebidas alcohólicas por parte de un individuo en un periodo específico. Esto incluye la variedad de bebidas consumidas y la medición de la cantidad de alcohol ingerido en términos de unidades estándar.
• Juicios por accidentes de tránsito (variable dependiente): se trata del proceso legal derivado de eventos de tránsito que resultan en daños materiales, lesiones o pérdida de vidas. Este proceso involucra la aplicación de normativas legales para determinar responsabilidades y establecer compensaciones.
Este enfoque contribuyó a una comprensión profunda de cómo el consumo de alcohol impacta los juicios relacionados con accidentes de tránsito en la región.
Para la evaluación de estas variables, se midieron sus dimensiones e indicadores a través de diferentes escalas, empleando como instrumento un cuestionario (ver Tabla 1).
Tabla 1. Dimensiones e indicadores del consumo de alcohol y los juicios por accidentes
Variable |
Dimensiones |
Indicadores |
Escala de medición |
Consumo de alcohol |
Peligro común
|
Riesgo compartido en procesos |
Ordinal
Nivel bajo (1-16) Nivel medio (17-33) Nivel alto (34-50) |
Amenaza colectiva |
|||
Prueba de alcoholimetría |
Contenido alcohólico |
||
Nivel etílico |
|||
Juicios por accidentes de tránsito |
Quantum indemnizatorio
|
Cuantía reparadora |
|
Valor indemnizatorio |
|||
Daño moral |
Lesión emocional |
||
Perjuicio psicológico en litigios |
Se seleccionó una población conformada por 79 operadores de justicia que laboran en el Distrito Judicial de Puno. Estos profesionales fueron sido elegidos debido a su profundo entendimiento de los factores relevantes para este análisis, lo que garantizó que sus experiencias fueran fundamentales para comprender el fenómeno en cuestión. Así, se estableció una muestra censal de tipo no probabilística, ya que la población y la muestra coincidieron en su composición.
Para formar parte del muestreo, se establecieron criterios específicos, los especialistas debían estar profundamente involucrados en su área de especialización y demostrar una disposición colaborativa sostenida y proactiva, lo que facilitó la recolección efectiva de datos esenciales. Se excluyó a aquellos cuya experiencia no estuviera alineada con el campo de interés específico del Distrito Judicial de Puno o cuya trayectoria profesional no alcanzara un mínimo de cuatro años.
Para garantizar la confiabilidad del instrumento se utilizó la prueba Alfa de Cronbach para medir la consistencia interna de los elementos del cuestionario, lo que permitió determinar en qué medida los ítems que componen una escala están correlacionados entre sí y si están midiendo el mismo constructo subyacente. El coeficiente para el consumo de alcohol es de 0.830, lo que indica una alta consistencia interna y sugiere que los ítems relacionados con esta variable están bien alineados y miden efectivamente el constructo subyacente.
Por otro lado, el coeficiente para la variable juicios por accidentes de tránsito es de 0.781, también dentro del rango aceptable, lo que sugiere que esta variable es confiable, aunque ligeramente menos que la anterior. Al considerar ambas variables unidas, el coeficiente asciende a 0.876, lo que indica una excelente consistencia interna en la medición global del fenómeno estudiado. En conjunto, estos resultados evidencian que las herramientas de recolección de datos utilizadas son adecuadas y confiables, lo que fortalece la validez de los hallazgos en la investigación.
Para la evaluación exhaustiva de los elementos seleccionados en este estudio, se utilizaron técnicas de estadística descriptiva con el fin de ilustrar los hallazgos a través del cálculo de frecuencias y proporciones porcentuales. Además, para identificar tendencias de comportamiento en la muestra estudiada, se aplicaron métodos de estadística inferencial, realizando un análisis comparativo de las variables de interés.
Se llevaron a cabo pruebas específicas para determinar la normalidad de la distribución y la significancia estadística; se consideró que un valor de p inferior a 0.050 respaldaba la validez de las hipótesis planteadas. El análisis y procesamiento de la información se realizó utilizando el software SPSS versión 26, mientras que el establecimiento de relaciones correlativas entre los diferentes indicadores se llevó a cabo con Microsoft Excel.
RESULTADOS
A continuación, se presenta una evaluación exhaustiva de los datos sobre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, organizados en niveles de bajo, medio y alto.
En la figura 1 se presentan los datos sobre la percepción de los especialistas sobre el consumo de alcohol, lo que revelan patrones significativos, ya que los operadores de justicia le asignan un riesgo significativo a esta dimensión. Solo un 3.8% consideró que el riesgo es bajo, lo que sugiere que una minoría ve el consumo como un problema menor. Sin embargo, un 79.7% lo clasifica en el nivel medio, indicando que la mayoría reconoce que puede tener implicaciones negativas. Este hallazgo refleja una preocupación generalizada sobre cómo el consumo de alcohol puede afectar la salud y el comportamiento de las personas, especialmente en contextos sociales y laborales.
Por otro lado, el 16.5% lo identifica como un nivel alto de riesgo, sugiriendo que los encuestados son conscientes de los peligros asociados con el abuso del alcohol en la población, debido a que incide directamente en la capacidad cognitiva y motriz de los individuos, su ingesta antes o durante la conducción de vehículos se presenta como un factor determinante en la ocurrencia de accidentes de tráfico. Este fenómeno se debe a la disminución de la capacidad de reacción, alteración en la percepción de riesgos y deterioro en la coordinación, efectos todos asociados a la intoxicación etílica. En consecuencia, las instancias judiciales asocian la presencia de alcohol en el organismo del conductor con una mayor probabilidad de que este haya contribuido a la generación del siniestro.
Figura 1. Percepciones de especialistas jurídicos sobre el consumo de alcohol y su incidencia en los juicios por accidentes de tránsito
Respecto al peligro común asociado al consumo de alcohol, solo un 11.4% de los encuestados percibe un riesgo bajo, un 21.5% señala un alto peligro relacionado con el consumo de alcohol, lo que refleja una preocupación significativa por las repercusiones que este comportamiento puede tener en la seguridad pública y en la vida cotidiana de las personas. La mayoría, el 67.1%, considera el peligro en el nivel medio, lo que indica una clara conciencia sobre las posibles consecuencias del consumo excesivo, reconociendo que existen riesgos inherentes que no deben subestimarse.
Esta percepción es corroborada por la legislación vigente, ya que la normativa en materia de tránsito considera la conducción bajo los efectos del alcohol como una exposición al peligro común, se establece una relación directa entre el consumo de sustancias etílicas y el incremento del riesgo para la sociedad. Esto se fundamenta en el principio de que operar un vehículo en estado de ebriedad no solo compromete la seguridad del conductor, sino también la de terceros, tanto ocupantes de la vía como peatones, configurando así una situación de peligro colectivo que las autoridades buscan sancionar y prevenir.
En cuanto a la prueba de alcoholimetría, solo un 5.1% considera que representa un riesgo bajo para los conductores y la comunidad. El 72.2% la clasifica en el nivel medio, indicando que reconocen la importancia de estas pruebas para evaluar el consumo y sus implicaciones legales. Un 22.8% muestra una alta preocupación por las pruebas de alcoholimetría, lo cual sugiere que estos abogados son conscientes de su incidencia en la responsabilidad legal y las consecuencias para quienes conducen bajo los efectos del alcohol, debido a que, la prueba de alcoholimetría constituye el principal método para cuantificar la concentración de alcohol en el organismo, su empleo en los procedimientos tras accidentes de tráfico permite establecer una relación objetiva entre el nivel de alcoholemia y la ocurrencia de incidentes viales.
La evidencia obtenida a través de esta tecnología es clave en los procesos judiciales, ya que faculta a las autoridades para determinar si el estado de intoxicación del conductor infringió las normativas vigentes, incidiendo directamente en la resolución de los juicios por accidentes de tráfico.
En relación con los juicios por accidentes de tránsito, el 78.5% se encuentra en el nivel medio, sugiriendo que estos profesionales están involucrados en muchos juicios y reconocen la prevalencia del problema, ya que constituyen procedimientos legales enfocados en dirimir las responsabilidades derivadas de incidentes viales, estos litigios en sí mismos se encargan de determinar las causas, circunstancias y consecuencias de los siniestros. Mediante el análisis de pruebas, testimonios y peritajes, se busca establecer la cadena causal que ha llevado al evento, identificando la participación y grado de responsabilidad de las partes involucradas. Esta evaluación jurídica es fundamental para adjuntar las responsabilidades civiles o penales correspondientes a los hechos.
El 3.8% reporta juicios bajos, lo que indica que los abogados perciben una frecuencia considerable de casos relacionados con accidentes viales; el 17.7% lo percibe con un nivel alto, lo cual podría reflejar la gravedad o complejidad de ciertos casos tratados y resalta la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes del comportamiento imprudente al volante.
El análisis del quantum indemnizatorio muestra que solo un 8.9% considera esta dimensión con un nivel bajo en relación a los juicios relacionados con accidentes. La mayoría, el 67.6% lo considera en el nivel medio, indicando que las indemnizaciones reflejan daños materiales o lesiones menores. Sin embargo, un 21.5% lo reporta como alto, lo cual señala la existencia de casos graves donde las víctimas han sufrido daños significativos debido a accidentes vinculados al consumo irresponsable de alcohol, ya que refleja la cuantificación económica del daño sufrido por las víctimas de accidentes de tráfico, su determinación es uno de los aspectos cruciales dentro de los juicios por estos infracciones. La estimación de esta compensación financiera se basa en criterios objetivos como los daños materiales, gastos médicos, lucro cesante y daño emergente, integrando así una valoración integral que tiene por objetivo restablecer, en la medida de lo posible, el estado previo de las víctimas.
Respecto al daño moral, solo un 6.3% percibe niveles bajos de sufrimiento emocional o psicológico como consecuencia de los accidentes viales. Sin embargo, el 72.2% indica daño moral en niveles medios, sugiriendo que muchos casos implican algún grado de impacto emocional significativo para las víctimas. Un 21.5% identifica altos niveles de daño moral, resaltando la gravedad del sufrimiento psicológico asociado a estos incidentes y subrayando la necesidad urgente de apoyo psicológico para las víctimas afectadas por accidentes relacionados con el consumo irresponsable de alcohol.
En conjunto, estos datos reflejan la percepción de los abogados sobre el riesgo asociado al consumo de alcohol en la población y su relación con los accidentes de tránsito, apreciaciones cruciales para entender las dinámicas legales y sociales en juego y destaca la necesidad de estrategias integrales para mitigar estos problemas sociales y legales en la comunidad estudiada, promoviendo así un entorno más seguro y saludable para todos los ciudadanos.
La predominancia del nivel medio en los juicios por accidentes sugiere una alta incidencia y complejidad en estos casos, lo que podría requerir atención adicional por parte del sistema judicial y las autoridades competentes para abordar las causas subyacentes y mejorar la seguridad vial. Además, los resultados sobre indemnizaciones y daño moral resaltan la importancia del apoyo legal y psicológico para las víctimas, sugiriendo que se deben fortalecer los mecanismos para abordar adecuadamente estas situaciones.
Prueba de normalidad y contrastación de hipótesis
La tabla 2 muestra los resultados de dos pruebas de normalidad, Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilk, aplicadas a las dimensiones relacionadas con el consumo de alcohol y sus consecuencias legales. Ambas pruebas son fundamentales para determinar si el conjunto de datos sigue una distribución normal, lo cual es un supuesto importante para el análisis estadístico.
Los resultados de la prueba Kolmogorov-Smirnov indican que todas las variables analizadas tienen un valor de significancia (Sig.) igual a 0.000, lo que sugiere que se rechaza la hipótesis de normalidad para cada una de ellas. Esto implica que los datos no se distribuyen normalmente. El consumo de alcohol presenta un estadístico de 0.450, lo que revela una desviación significativa respecto a la normalidad. Este patrón se repite en todas las dimensiones, incluyendo el peligro común (0.356) y los juicios por accidentes de tránsito (0.446), reafirmando la falta de normalidad en los datos.
Tabla 2. Pruebas de normalidad de los datos
|
Kolmogorov Smirnov |
Shapiro Wilk |
||||
Estadístico |
Gl |
Sig. |
Estadístico |
Gl |
Sig. |
|
Consumo de alcohol |
,450 |
79 |
,000 |
,587 |
79 |
,000 |
Peligro común |
,356 |
79 |
,000 |
,738 |
79 |
,000 |
Prueba de alcoholimetría |
,411 |
79 |
,000 |
,669 |
79 |
,000 |
Juicios por accidentes de tránsito |
,446 |
79 |
,000 |
,601 |
79 |
,000 |
Quantum indemnizatorio |
,377 |
79 |
,000 |
,713 |
79 |
,000 |
Daño moral |
,402 |
79 |
,000 |
,680 |
79 |
,000 |
Los resultados de la prueba Shapiro-Wilk refuerzan esta conclusión, ya que todos los valores de significancia son igualmente 0.000. En este caso, el estadístico para el consumo de alcohol es 0.587, y para otras variables como el daño moral (0.680) y el quantum indemnizatorio (0.713), todos están por debajo del umbral crítico que indicaría normalidad. Estos resultados sugieren que las distribuciones son asimétricas.
Al no presentar una distribución normal en los datos analizados, se realizó la prueba de correlación de Rho de Spearman, para evaluar la relación entre las variables estudiadas. En la tabla 3 se presenta la relación entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, utilizando datos de correlación y significancia estadística.
El consumo de alcohol muestra una correlación positiva moderada y estadísticamente significativa con los juicios por accidentes de tránsito (0.29), lo que determinó de forma inequívoca que existe una relación positiva de relevancia media entre los elementos estudiados. La significancia estadística (Sigma = 0.009) es inferior al umbral común de 0.05, lo que apoya que el consumo de alcohol es un factor relevante en la ocurrencia de accidentes que resultan en litigios, dado que afecta negativamente las habilidades motoras y el juicio, aumentando así el riesgo de accidentes.
La dimensión de peligro común también presenta una correlación positiva moderada con los juicios por accidentes de tránsito (0.282). La significancia estadística (Sigma = 0.012) refuerza la idea de que existe una relación significativa entre el peligro asociado al consumo de alcohol y los juicios resultantes de accidentes. Esto sugiere que no solo el consumo individual de alcohol es un factor de riesgo, sino también la percepción del peligro colectivo que implica conducir bajo su influencia. Este hallazgo puede interpretarse como un reflejo del impacto social del consumo de alcohol, donde el riesgo compartido en situaciones de conducción se traduce en consecuencias legales.
Tabla 3. Relación entre el consumo de alcohol, sus dimensiones y los juicios por accidentes de tránsito
Juicios por accidentes de tránsito |
||
Consumo de alcohol |
Correlación |
0.29 |
Sigma |
0.009 |
|
N |
79 |
|
Peligro común |
Correlación |
0.282 |
Sigma |
0.012 |
|
N |
79 |
|
Prueba de alcoholimetría |
Correlación |
0.23 |
Sigma |
0.042 |
|
N |
79 |
La prueba de alcoholimetría muestra una correlación más baja (0.23) en comparación con las otras dimensiones, pero sigue siendo positiva y significativa (Sigma = 0.042). Esto indica que existe una relación entre los resultados de las pruebas de alcoholimetría realizadas a conductores involucrados en accidentes y la cantidad de juicios por estos incidentes. La correlación sugiere que los casos donde se realizan pruebas positivas para el consumo de alcohol son más propensos a resultar en juicios, lo cual es coherente con la práctica judicial donde las pruebas objetivas son fundamentales para establecer la responsabilidad en accidentes.
Los datos analizados revelan relaciones significativas entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, destacando la importancia del alcohol como un factor crítico en la seguridad vial y las consecuencias legales asociadas. Las correlaciones observadas sugieren que tanto el consumo individual como la percepción del peligro común son relevantes para entender la incidencia de estos juicios. Además, la prueba de alcoholimetría se confirma como una herramienta esencial para establecer responsabilidades legales en casos relacionados con accidentes vehiculares. Estos hallazgos subrayan la necesidad de políticas efectivas para abordar el consumo de alcohol y su impacto en la conducción, así como la importancia del control y regulación en este ámbito para mejorar la seguridad pública.
DISCUSIÓN
Al abordar la relación entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, es fundamental situar estos hallazgos en el contexto de la literatura existente. Diversos estudios han explorado la incidencia del consumo de alcohol en los accidentes viales. Al contrastar los resultados obtenidos en este análisis con los hallazgos de otros autores, se busca enriquecer la comprensión del fenómeno y evaluar si las correlaciones observadas son consistentes con las tendencias identificadas en estudios anteriores. Esta comparación permitirá no solo validar los resultados actuales, sino también identificar posibles implicaciones para políticas públicas y estrategias de prevención en el ámbito de la seguridad vial.
La percepción de los juristas sobre el consumo de alcohol y su relación con los juicios por accidentes de tránsito se alinea con hallazgos en la literatura que subrayan la gravedad de este problema. En el estudio, la mayoría de los operadores de justicia clasifica el riesgo del consumo de alcohol en un nivel medio, lo que refleja una preocupación generalizada sobre sus implicaciones negativas. Esta percepción es consistente con la investigación de Espin y Medina (2024), que demuestran que el alcohol altera significativamente las capacidades motoras y cognitivas, incrementando el riesgo de accidentes viales. Esto es consistente con lo establecido por Machado et al. (2025), cuando plantean que el riesgo de morir en un accidente vehicular debido a que el conductor se encuentra bajo los efectos del alcohol puede aumentar entre 6 y 17 veces, dependiendo de la concentración de alcohol en sangre.
En cuanto al peligro común asociado al consumo de alcohol, solo un 11.4% de los encuestados percibe un riesgo bajo, mientras que un 21.5% señala un alto peligro. Esto es corroborado por la Organización Mundial de la Salud (2014), que indica que el consumo de alcohol no solo afecta al conductor, sino también a otros usuarios de la vía, creando una situación de peligro colectivo. La legislación vigente también apoya esta percepción, considerando la conducción bajo los efectos del alcohol como una exposición al peligro común, lo que se traduce en sanciones severas para quienes infringen estas normativas.
Respecto a la prueba de alcoholimetría, el 72.2% considera que representa un riesgo medio para los conductores y la comunidad. Este hallazgo es respaldado por Padilla (2022), quien destaca la importancia de estas pruebas en la evaluación del consumo y sus implicaciones legales; considerando que las pruebas objetivas son fundamentales para determinar la culpabilidad en juicios relacionados con accidentes viales. Además, plantea que incluso niveles bajos de consumo pueden tener efectos negativos sobre la capacidad de conducción, lo cual refuerza la necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir el abuso del alcohol al volante.
En relación con el quantum indemnizatorio y el daño moral, un 21.5% de los especialistas considera altos los niveles indemnizatorios, lo que sugiere una conciencia sobre las graves consecuencias del consumo irresponsable de alcohol. Este criterio es consistente con lo planteado por San Martín (2016), cuando indica que las víctimas de accidentes relacionados con el alcohol suelen enfrentar daños significativos, tanto materiales como emocionales; esto resalta la importancia de una adecuada valoración económica del daño sufrido por las víctimas. En conjunto, estas percepciones reflejan un entendimiento integral entre los juristas sobre el impacto del consumo de alcohol tanto la salud pública como el sistema judicial.
En la presente investigación se demuestra una correlación positiva moderada entre el consumo de alcohol y los juicios por accidentes de tránsito, lo que se alinea con otros hallazgos que han establecido una relación significativa entre el alcohol y la accidentalidad vial. Según un estudio realizado por Alvia y Linares (2024), la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico aumenta considerablemente con la concentración de alcohol en sangre, donde niveles de 0.5 g/l duplican el riesgo en comparación con conductores sobrios, y este riesgo se incrementa aún más con mayores concentraciones.
De igual manera estos resultados coincidieron con el estudio desarrollado por Celleri et al. (2021), quienes establecen una clara relación entre el consumo de alcohol y la severidad de los accidentes de tránsito, demostrando que el consumo de alcohol se asocia directamente con la gravedad de los accidentes, observando que las severidades alta y leve son las más representativas. En su análisis, se identificó un riesgo relativo de 10.56 para la severidad alta, lo que indica un aumento significativo en la probabilidad de accidentes severos relacionados con el consumo de alcohol.
Asimismo, la dimensión de peligro común también refleja una correlación positiva con los juicios por accidentes, lo que sugiere que la percepción del riesgo colectivo asociado al consumo de alcohol es un factor relevante. Este hallazgo es respaldado por la Agudelo et al. (2022), quienes destacan que el consumo de alcohol afecta al individuo y crea un entorno de peligro para otros usuarios de la vía, lo cual es fundamental para comprender las implicaciones legales en casos de accidentes.
En cuanto a la prueba de alcoholimetría, la correlación observada indica que los resultados positivos en estas pruebas están relacionados con un mayor número de juicios. Esto es consistente con los hallazgos de Monterroso (2024), que señala que las pruebas objetivas son esenciales para establecer la responsabilidad en accidentes viales, ya que permiten cuantificar el nivel de intoxicación y su relación con la ocurrencia de incidentes. Además, Ospina (2024), ha documentado que los conductores bajo los efectos del alcohol tienen tres veces más probabilidades de sufrir lesiones mortales en caso de accidente, lo que subraya la importancia de estas pruebas en el contexto judicial.
Lo expuesto fue sustentado teóricamente por Wang et al. (2021), quienes definieron que, el consumo indebido de bebidas alcohólicas representa un factor de riesgo significativo en la incidencia de colisiones vehiculares. Mientras que, Jamshidi et al. (2023), conceptualizaron que los procedimientos legales suscitados por efectos de colisiones vehiculares comprenden una serie de etapas procesales consignadas a elucidar las responsabilidades de las partes involucradas.
Estos estudios refuerzan la necesidad de políticas efectivas para abordar el consumo de alcohol y su impacto en la conducción, así como la importancia del control y regulación en este ámbito para mejorar la seguridad pública. La evidencia sugiere que tanto el consumo individual como la percepción del peligro común son factores críticos para considerar en el desarrollo de estrategias preventivas y educativas.
CONCLUSIONES
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Alvia, A. E. y Linares, S. (2024). Accidentes de tránsito, un problema de salud pública: revisión sistemática. Revista Científica Arbitrada Multidisciplinaria PENTACIENCIAS, 6(3), 313-332. https://doi.org/10.59169/pentaciencias.v6i3.1101
Angulo, M. y Barrios, M. C. (2024). Frecuencia y gravedad de las lesiones por accidentes de tránsito en pacientes atendidos en el servicio de emergencias de la clínica Copacabana SRL, Cochabamba, 2023. Revista Científica de Enfermería UNITEPC, 6(2), 7-16. https://doi.org/10.36716/unitepc.v6i2.1.95
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