ISSN:
3006-1393 ISSN-L: 3006-1393
Perioricidad: Semestral Vol.
3. N° 4. Febrero – Julio 2023
Relación entre el estilo de vida y el
estado de salud
Relationship between lifestyle and health status
Jessy Gonzales Pérez
https://orcid.org/0000-0002-2081-7056
Universidad
Peruana Unión. Lima, Perú
http://doi.org/10.62349/revistauno.v.3i4.14
ARTÍCULO DE
INVESTIGACIÓN
https://revistauno.org
Correspondencia del autor
jessygonzales@hotmail.com
Recibido: 15 de agosto de 2022
Arbitrado: 30 de agosto de 2022
Aceptado: 5 de noviembre de 2022
Publicado: 1 de febrero de 2023
RESUMEN
El objetivo de esta investigación fue
determinar la relación entre el estilo de vida y el estado de salud de una
muestra de personas que acuden al Consultorio Médico “Nutrigénesis”
y al Centro de Influencia ubicado en Tarapoto, Perú.
Es una investigación confirmatoria con un diseño de campo, transeccional,
contemporáneo. Los resultados demuestran que existe relación significativa
entre el estilo de vida y el estado de salud. Asimismo, existen diferencias
significativas del estilo de vida y estado de salud entre los participantes
grupo I, II de un “Centro de influencia” y pacientes del consultorio
médico. En cuanto al estilo de vida el
26% tienen niveles deficientes a críticos; un 39,8% en riesgo y 29,7% niveles
aceptables y tan sólo un 4,5% mantienen un estilo de vida saludable. En
contraste al estado de salud que el un 11,8% de participantes tienen niveles
deficientes a críticos de estado de salud; un 56,5% en riesgo y un 43,5%
niveles óptimos en su estado de salud.
Palabras
clave:
Estilo de vida, estado de salud, Centro de Influencia,
Medical Outcomes Study 36 (MOS).
ABSTRACT
The objective of this research was
to determine the relationship between lifestyle and health status of a sample of people who attend the
“Nutrigenesis” Medical Clinic
and the Center of Influence
located in Tarapoto, Peru. It is
a confirmatory research with a contemporary, transectional, field design. The results
demonstrate that there is a significant
relationship between lifestyle and health status. Likewise, there are significant differences in lifestyle and health status between group I and II participants from a “Center of Influence” and patients from the doctor's
office. Regarding lifestyle,
26% have deficient to critical levels;
39.8% at risk and 29.7% acceptable
levels and only 4.5% maintain a healthy lifestyle. In contrast to health status, 11.8% of participants have deficient to critical
levels of health status;
56.5% at risk and 43.5% at optimal
levels of health.
Palabras clave: Lifestyle, health status, Center of Influence,
Medical Outcomes Study 36
(MOS).
INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud -
OMS (1998) define el estilo de vida como una forma de vivir que se basa en
patrones de comportamiento identificables, determinados por la interacción
entre las características personales individuales, las interacciones sociales y
las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales. La cultura, los
ingresos, la estructura familiar, la edad, la capacidad física, el entorno
doméstico y laboral, harán más atractivas, factibles y adecuadas determinadas
formas y condiciones de vida. Por ello, la estrategia de crear ambientes
favorables para la salud se centra en gran medida en la necesidad de mejorar y
cambiar las condiciones de vida para apoyar la salud (OMS, 2006).
Es un concepto multidimensional y complejo que
incluye aspectos personales como salud, autonomía, independencia, satisfacción
con la vida y aspectos ambientales como redes de apoyo y servicios sociales,
entre otros. El estilo de vida puede ser saludable o no saludable, es evidente
que lo que se persigue es tener un estilo de vida saludable para contribuir con
un mejor estado de salud.
Por su parte, Cockerham
et al. (1997) señala que un estilo de vida saludable se identifica con
comportamientos de una persona que requiere las necesidades humanas para tener
una vida plena tanto en el sistema físico, psíquico, conductual que incrementa
la expectativa de vida. La OMS aclara que los estilos de vida saludables es un
modelo de vida que merma el peligro de enfermarse o fallecer en forma precoz,
incrementa la salud, gozar más tiempo de vida, porque la salud no es el
alejamiento de afecciones. El estilo es una agrupación de factores,
comportamientos involucrados con la salud, seleccionados por el individuo de
forma consciente.
De igual forma, Ramírez Hoffman (2002)
señala que el estilo de vida no saludable, está conformado por hábitos y
comportamientos que dañan la salud corporal y psicológica. Los individuos que
tienen conductas no saludables tal como un régimen alimenticio inadecuado,
ritmo de vida sin ejercicios, consumo de narcóticos y de bebidas alcohólicas,
insomnios prolongados, tienen gran porcentaje de riesgo de originar afecciones
analizadas con el individuo que sigue un estilo de vida no saludable.
Los factores que conforman el estilo
de vida son: Hábitos alimenticios, la actividad física, sueño y descanso. Tener
hábitos alimenticios saludables consiste en mantener una ingesta de alimentos
de calidad y cantidad controlada, para atender las necesidades nutricionales de
cada organismo. Los hábitos alimenticios incorrectos, se relacionan con la
aparición de las Enfermedades No Transmisibles (ENT) como problemas
cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, sobre peso, osteoporosis, anemia,
caries dental, cataratas y otras (Campillo-Álvarez, 2004).
La actividad física consiste en
realizar ejercicio aeróbico por lo menos 30 minutos diarios, cinco veces a la
semana. La Organización Mundial de la Salud (2022) considera actividad física
cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija
gasto de energía, por lo que un nivel adecuado de actividad física regular,
unido a una buena alimentación, reducen el riesgo de que se manifiesten
enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, cáncer de mama y colon,
osteoporosis, depresión.
Sueño y descanso: El sueño es un
período fisiológico de reposo que permite al cuerpo y a la mente descansar y
restablecerse. En este proceso el ser humano emplea un tercio de su existencia
y es, además, una de las actividades que más repite. Cuando se presentan
problemas durante el sueño los efectos negativos en el organismo no tardan en
aparecer. Se recomienda el sueño reparador de por lo menos 6 horas diarias, aun
cuando hay especialistas que señalan que algunas personas pueden tener un buen
funcionamiento con menos horas de sueño (OMS, 1998).
El sueño y el descanso permiten mantener a las
personas física y psicológicamente sanas, ya que en este período el organismo
recupera y procesa información valiosa que posiblemente relegó durante la
vigilia. El sueño es esencial para el aprendizaje, la memoria, el mantenimiento
de los circuitos neuronales y la metabolización de sustancias vitales (Sociedad
Española de Medicina Antienvejecimiento y longevidad – SEMAL, 2013).
Así mismo, Becoña
Iglesias et al. (1999) expresa que la promoción de estilos de vida saludables
implica conocer aquellos comportamientos que mejoran o perjudican la salud de
los individuos se entiende por conductas saludables aquellas acciones
realizadas por un sujeto que influyen en la probabilidad de obtener consecuencias
físicas y fisiológicas inmediatas y a largo plazo, que repercuten en su
bienestar físico y en su longevidad.
Las dimensiones del estilo de vida
son: fisiológica y psicosocial. La fisiológica son todas aquellas acciones que
permiten el buen funcionamiento del organismo, como los hábitos ya mencionados
(alimenticios, actividad, física, sueño y descanso).
La dimensión psicosocial es muy
compleja y está conformada por diferentes aspectos o esferas como las
relaciones familiares, laborales, de amistad. Es el conjunto de vínculos
interpersonales, la capacidad comunicativa primordial en la influencia
reciproca de dos o más personas. Considerar una manifestación la sociabilidad
humana a una cualidad que se relaciona con el estímulo de caracteres
hereditarios que resalta en las relaciones interpersonales (Becoña
Iglesias et al., 1999)
El estilo de vida se relaciona con el
estado de salud del individuo. Según la Organización Mundial de la Salud
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (Becoña
Iglesias et al., 1999)
Por tanto, la salud abarca aspectos
subjetivos, bienestar físico, mental y social, y objetivos es la capacidad de
funcionamiento en el aspecto social (Acevedo et al, 2007). Los factores que
determinan el estado de salud son: Los estilos y hábitos de vida, el medio
ambiente el sistema sanitario y la biología humana. Los estilos y hábitos de
vida que pueden dañar el estado de salud, son la forma incorrecta de
alimentación, adquirir componentes dañinos, sedentarismo, comportamiento de
arriesgados en la sexualidad y consumir drogas.
Los hábitos de vida son primordiales
en el desarrollo de la salud o la enfermedad. El medio natural, conformado por
un desarrollo completo externos sobre las cuales el ser humano no tiene mucho
control, como son: peligro corporal, aditivos químico, biológico, psíquico. El
sistema sanitario, entendido como el conjunto de centros, recursos humanos,
medios económicos y materiales, tecnológico, que están condicionados por
algunas variables como son: accesibilidad, eficacia y efectividad, buenas
praxis, cobertura.
La biología humana, condicionada por
la carga genética y los factores hereditarios, que si bien es cierto, los
avances en la ingeniería genética desarrollada en los últimos años abren
perspectivas que en su aspecto positivo podría prevenir enfermedades genéticas,
pero que también plantea interrogantes en cuanto a la bioética y las
potenciales desigualdades en salud de la población por los altos costos que
esta práctica demanda (Gallegos, 2017).
Para Acevedo et al. (2007) el
deterioro de la salud laboral es cuando la persona no tiene estímulos en el
trabajo, rechazo y perturbaciones en el trabajo, agobio psíquico, tensión
laboral, trabajo excesivo mental, desconformidad laboral, daños a la salud
laboral, Burnout o síndrome del agotamiento por
exceso de trabajo, baja motivación para el trabajo, reacciones de desajuste al
trabajo (rechazo al medio laboral), fatiga mental, estrés laboral, sobre- carga
de trabajo mental, abatimiento, trastornos nerviosos, faltas excesivas en el
trabajo, malas relaciones interpersonales. El consumo de sustancias dañinas
para el organismo como cigarrillos, bebidas alcohólicas, narcóticos, drogas.
Daños a la Salud Social, las conductas que atentan contra una buena relación
con nuestros semejantes, pueden tener diferentes orígenes conflictos laborales,
violencia o agresividad, carencias emocionales, problemas económicos, entre
otras.
El estilo de vida es el principal
factor para la configuración del estado de salud, cuando es el adecuado genera
estados saludables y cuando es el incorrecto se refleja en diversas
enfermedades y sobre todo las crónicas que son las que causan mayores
consecuencias al individuo y a la sociedad.
Considerando que el estilo de vida es una
variable vital para tener buena salud es necesario revisar cómo se presenta el
estilo de vida en la actualidad. En primer lugar, al revisar algunos aspectos
sociodemográficos, en el mundo, se encuentra que más de la mitad de la
población tiene menos de 25 años de edad y aquellos entre 10 y 24 años
constituyen 1.600 millones (28%) y el 85% de ellos habita en los países del
tercer mundo (PNUD, 2008). En Perú, según el Instituto Nacional de Estadística
e Informática (2020) “el 57% de la población total tiene entre 14 y 29 años”.
En los últimos años se han presentado cambios
negativos, ya que la vida moderna trajo consigo el desequilibrio de varios factores
determinantes para la salud y la calidad de vida del individuo, como el
sedentarismo, la descomposición del medio familiar y social, inestabilidad
afectiva y emocional, deterioro del ambiente urbano, agresividad y violencia,
exponiendo a la población a cambios en las condiciones socioeconómicas y en el
“Estilo de Vida”.
Estos factores son responsables del
rápido incremento de las enfermedades no transmisibles como los
trombo-embolias, enfermedades coronarias, la diabetes tipo 2 y algunos
cánceres, que favorecen el aumento sustancial de factores de riesgo, mayor
demanda de los servicios de salud y mortalidad (OPS - Oficina regional de la
Organización Mundial de Salud, 2002).
Por tanto, Álvarez (2015) indica que
intervenir en el estilo de vida se convierte en una de las acciones más
eficaces para la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.
Entiéndase al estilo de vida como actitudes o conductas individuales o
colectivas, influenciadas por costumbres, hábitos y valores existentes en un determinado
momento y contexto, que son aprendidos y por lo tanto modificables, durante el
curso de la vida. Estas conductas pueden constituirse en dimensiones de riesgo
o de seguridad dependiendo de su naturaleza.
El estilo de vida de una persona está determinado
por las condiciones en las que vive, es importante indagar sobre las conductas
de riesgo y de protección que los diferentes grupos sociales pueden producir en
las personas. Estas pueden verse afectadas por factores como la edad,
particularmente por la etapa específica del ciclo vital en la cual se encuentre
(adolescencia, juventud, adultez), los aspectos culturales, el nivel
socioeconómico, el género e incluso factores emocionales y cognitivos (OPS,
2002).
De acuerdo a la evidencia de
investigaciones los comportamientos saludables varían de acuerdo al sexo de las
personas. Al respecto señalan que las mujeres tienen una incidencia de 2 a 3
veces mayor de sufrir el síndrome del intestino irritable y tiene unas 9 veces
más de contraer enfermedades hepáticas. Al avanzar la edad tienden a presentar
más reacciones adversas a los medicamentos que los varones de la misma edad y
una mayor prevalencia de sufrir incontinencia urinaria.
Pero no sólo el género es un factor
determinante y distinto en las actitudes y comportamientos de la salud, también
cobran importancia aspectos como la edad, el nivel socioeconómico, las
experiencias pasadas, la susceptibilidad y los beneficios percibidos por cada
persona (Pinn, 2003)
En este orden de ideas se genera la necesidad
de indagar acerca de un grupo de personas ligadas a los programas de
salud, para lo cual se planteó la
siguiente interrogante de investigación:
¿Cuál es la relación entre estilo de vida
y el estado de salud de una muestra de
ciudadanos que acuden al Consultorio Médico “Nutrigénesis”
y al Centro de Influencia ubicado en Tarapoto Perú?
Asimismo el objetivo que sirvió de
guía para realizar el estudio fue determinar la relación entre el estilo de
vida y el estado de salud de una muestra de personas que acuden que acuden al
Consultorio Médico “Nutrigénesis” y al Centro de
Influencia ubicado en Tarapoto Perú.
METODO
Es una investigación confirmatoria que
busca determinar la relación entre el
estilo de vida, la variable dependiente y la variable independiente el estado de salud. El diseño [ara la
recolección de los datos es de campo, transeccional,
contemporáneo. Los resultados se analizarán aplicando estadística descriptiva y
correlacional.
El contexto está constituido por dos
ambientes ubicados en Tarapoto, Perú: el
Consultorio médico “Nutrigénesis”
y el Centro de Influencia.
Un Centro de Influencia es un recinto
urbano holístico que sirven para ayudar a satisfacer las necesidades de la
comunidad, los miembros de la Iglesia Adventista lo utilizan para conectar con
sus comunidades en el servicio. Pueden incluir: la educación como un estilo de
vida, salas de tratamiento, librerías/salas de lectura, restaurantes,
ministerio de literatura, conferencias, instrucción sobre la preparación de
alimentos saludables (Adventistas Organización, 2013).
El Consultorio Médico “Nutrigénesis” cumple la función de asesorar en el campo nutricional con servicios como dietas
personalizadas según el estado de salud del paciente, diagnóstico clínico,
promoción y realización de eventos de salud.
La población estuvo constituida por
200 pacientes del Consultorio Médico “Nutrigénesis”; 250 personas miembros de Iglesia Adventista
de Tarapoto y 116 Personas no adventistas que
participan en el Centro de Influencia.
De esta población se tomó una muestra
no probabilística, con las personas que aceptaron formar parte de la
investigación, ver cuadro 1.
Cuadro 1. Distribución de la muestra
Contexto |
Condición |
# de personas |
Centro Médico “Nutrigénesis” |
Pacientes |
60 |
Centro de Influencia |
No miembros de la iglesia Adventista |
58 |
Miembros de la iglesia Adventista |
128 |
|
Total |
246 |
Algunas características de la muestra
son:
(a)
Distribución por género: 111 personas del género masculino, que representan el
45.1% y 135 del género femenino que equivalen al 54.9%
(b)
Distribución por edad: 91 personas, que corresponden al 37% están en el rango
de adultos jóvenes entre 18 y 34 años. Adultos entre 35 y 65 años son 125, que
representan el 50.8%; y 29 personas, el 11.8%. Adultos mayores con 66 años o más.
(c) Grado de
instrucción: el 51% de la muestra tiene estudios universitarios.
La técnica de recolección de los datos
es la encuesta y los instrumentos dos cuestionarios; uno para medir el estilo
de vida y otro para determinar el estado de salud de la muestra.
Según Huapaya
Flores (2016) el cuestionario para medir el estilo de vida según el enfoque de
la iglesia Adventista consta de 86 ítems. El autor reporta para este
instrumento una validez de constructo sig = .000 <
α (0.05) y en cuanto a la medida de Bartlett presenta .722. Asimismo, su
confiabilidad original es mayor a 0,80, Alta. Para los datos de la
investigación la validez a través de KMO es de 0.902 y la confiabilidad usando
el Alfa de Cronbach con un valor de 0. 933.
El estilo de vida se considera con las
siguientes dimensiones: Alimentación, ejercicio físico, descanso, temperancia,
salud mental y esperanza espiritual. Los resultados se interpretan de acuerdo
al puntaje obtenido en: Crítico, deficiente, en riesgo, aceptable y saludable.
El cuestionario para medir el estado
de salud es el SF – 36 MOS (Medical Outcomes Study 36 – Ítem Short-Form Health Survey), constituido por
36 ítems y mide las dimensiones: capacidad funcional, aspecto físico, el dolor
corporal, el estado de salud general, vitalidad, aspectos sociales, aspectos
emocionales y de salud mental (Vilagut et al., 2005).
Los resultados se interpretan de
acuerdo al puntaje obtenido, el estado de salud puede ser: deficiente, en
riesgo u óptimo.
RESULTADOS
Estilo
de Vida
El estilo de vida se determinó con la sumatoria de los puntajes
obtenidos en cada de las siguientes dimensiones: Alimentación, ejercicio
físico, descanso, temperancia, salud mental y esperanza espiritual. Los resultados
se interpretan como: Crítico, deficiente, en riesgo, aceptable y saludable
En la tabla y gráfico 1 se muestran
los resultados del Estilo de Vida de los participantes en la investigación.
Tabla 1. Estilo de vida
|
f |
% |
% válido |
% acumulado |
|
|
Crítico |
15 |
6,1 |
6,1 |
6,1 |
Deficiente |
49 |
19,9 |
19,9 |
26,0 |
|
En riesgo |
98 |
39,8 |
39,8 |
65,9 |
|
Aceptable |
73 |
29,7 |
29,7 |
95,5 |
|
Saludable |
11 |
4,5 |
4,5 |
100,0 |
|
Total |
246 |
100,0 |
100,0 |
|
Gráfico 1. Estilo de vida
El 26% de participantes del Centro de Influencia y
pacientes del Centro “Nutrigénesis” tienen niveles
deficientes a críticos de estilo de vida; un 39,8% en riesgo y 29,7% tienen
niveles aceptables y tan sólo un 4,5% mantienen un estilo de vida saludable.
Estado
de Salud
El estado de salud es la sumatoria de
los puntajes obtenidos en cada una de sus dimensiones: capacidad funcional,
aspecto físico, el dolor corporal, el estado de salud general, vitalidad,
aspectos sociales, aspectos emocionales y de salud mental. Los resultados
obtenidos se interpretan como: deficiente en riesgo y óptimo.
Los resultados de la
variable estado de salud se resumen en la tabla y gráfico 2.
Tabla 2. Estado de salud
|
f |
% |
% Válido |
% Acumulado |
|
|
Deficiente |
29 |
11,8 |
11,8 |
11,8 |
En riesgo |
110 |
44,7 |
44,7 |
56,5 |
|
Óptimo |
107 |
43,5 |
43,5 |
100,0 |
|
Total |
246 |
100,0 |
100,0 |
|
Gráfico 2. Estado de salud
El 11,8% de los participantes del
Centro de Influencia y pacientes del Centro “Nutrigénesis”
tienen niveles deficientes, un 44,7% se encuentra en riesgo y un 43,5% se ubica
en niveles óptimos en su estado de salud.
Correlación
entre las variables Estilo de Vida y Estado de Salud
En la tabla 3 se muestran los
resultados de la Rho de Spearman
Tabla 3. Correlación Estilo de Vida – Estado
de Salud
|
Estilo de Vida |
Estado de Salud |
||
Rho de Spearman |
Estilo de Vida |
Coeficiente de correlación |
1,000 |
,452** |
Sig. (bilateral) |
. |
,000 |
||
N |
246 |
246 |
||
Estado de Salud |
Coeficiente de correlación |
,452** |
1,000 |
|
Sig. (bilateral) |
,000 |
. |
||
N |
246 |
246 |
||
**. La correlación es significativa
en el nivel 0,01 (2 colas). |
Al aplicar el estadístico Rho de Spearman se observa un coeficiente de correlación ,452 con
un p valor = ,000 y se cumple que p < α (p< 0.05). Lo cual indica que la correlación es casi
media y significativa.
Existe relación directa y
significativa entre el estilo de vida y estado de salud de los participantes de un “Centro de
influencia” y pacientes del consultorio médico “Nutrigénesis”.
Lo que implica el estilo de vida de los participantes de un “Centro de
influencia” y pacientes del consultorio médico “Nutrigénesis”
está influyendo en los niveles de estado de salud que ellos presentan.
Diferencias
de las variables entre grupos
Para determinar las diferencias del
estilo de vida y el estado de salud entre participantes adventistas y no
adventistas del Centro de Influencia y los pacientes del centro médico “Nutrigénesis”, se aplicó la prueba Kruskal
Wallis para datos no paramétricos, los resultados se muestran en la tabla 4.
Tabla 4. Diferencias entre grupos del estilo
de vida y estado de salud
|
Rangos |
||||||
|
|
Participantes |
N |
Rango promedio |
|||
|
Estilo de Vida |
Pacientes del Centro Nutrigénesis |
60 |
71,67 |
|||
|
Participantes no adventistas del
Centro de Influencia |
58 |
104,07 |
||||
|
Participantes adventistas del Centro
de Influencia |
128 |
156,60 |
||||
|
Total |
246 |
|
||||
|
Estado de Salud |
Pacientes del Centro Nutrigénesis |
60 |
82,70 |
|||
|
Participantes no adventistas del
Centro de Influencia |
58 |
129,81 |
||||
|
Participantes adventistas del Centro
de Influencia |
128 |
139,77 |
||||
|
Total |
246 |
|
||||
Estadísticos de prueba a,b |
|
||||||
|
Estilo de Vida |
Estado de Salud |
|
||||
Chi-cuadrado |
63,872 |
26,886 |
|
||||
gl |
2 |
2 |
|
||||
Sig. asintótica |
,000 |
,000 |
|
||||
a. Prueba de Kruskal
Wallis |
|
||||||
b. Variable de agrupación:
Participantes |
|
||||||
La prueba Kruskal
Wallis para datos no paramétricos para k muestras independientes (participantes
del Centro de influencia y paciente del consultorio Nutrigénesis)
muestra en los grupos encuestados un valor p = ,000 y se cumple que p < α
(p< 0.05). Estos datos son la
evidencia que existen diferencias significativas del estilo de vida y estado de
salud en los participantes del Centro de Influencia y
paciente del Consultorio “Nutrigénesis”.
Se acepta la hipótesis de
investigación existen diferencias significativas del estilo de vida y estado de
salud entre los participantes grupo I, II
de un “Centro de influencia” y pacientes del consultorio médico “Nutrigénesis” en Tarapoto, Perú.
Dicho de otro modo, tanto en los participantes del Centro de Influencia adventista
y no adventistas y los pacientes del
Consultorio “Nutrigénesis” existen diferencias en su
estilo de vivir y en su estado de salud.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en este
estudio concuerdan con hallazgos reportados en investigaciones similares. Se ha
observado que muchas personas presentan un estado de salud deficiente, a pesar
de que más de la mitad de los adultos mayores perciben tener un buen estado de
salud. Es importante destacar que entre los adultos mayores, muchos sufren de
enfermedades primarias y enfrentan dificultades para acceder a la atención
médica necesaria (Gonzales et al., 2004). Además, las costumbres alimenticias
de las personas están influenciadas por factores socioculturales y tienen un
impacto significativo en su salud.
En otro estudio realizado por Flores
(2018), se encontró que muchas personas carecen de conocimientos sobre cómo
adoptar comportamientos saludables en su vida diaria. Esto lleva a que
mantengan un estilo de vida poco saludable debido a la falta de interés en
educarse a sí mismos sobre prácticas saludables. Asimismo, Acuña y Cortes
(2012) señalan que más de la mitad de las personas que formaban parte de un
programa de salud tenían estilos de vida saludables, mientras que el 37%
mantenía estilos de vida no saludables y no participaban en programas de salud.
Estos hallazgos resaltan la
importancia de promover la educación y concienciación en materia de salud, así
como de facilitar el acceso a la atención médica para aquellos que lo
necesiten. Es crucial implementar estrategias efectivas que fomenten cambios
positivos en el estilo de vida de las personas, con el fin de mejorar su estado
de salud y prevenir enfermedades.
CONCLUSIONES
Existe una relación directa y
significativa entre el estilo de vida y el estado de salud de los participantes
del "Centro de influencia" y los pacientes del consultorio médico
"Nutrigénesis" en Tarapoto,
Perú. El estilo de vida de las personas tiene una influencia considerable en el
estado de salud que presentan.
Se han encontrado correlaciones
directas y significativas entre el estilo de vida y el estado de salud en
diversas dimensiones, como los hábitos alimentarios, el ejercicio físico, el
descanso, la temperancia, la salud mental y la esperanza espiritual, las cuales
están directamente relacionadas con el estado de salud de los participantes.
Los resultados revelan que los
participantes del estudio tienen un estilo de vida en riesgo y deficiente, lo
que se refleja en su estado de salud. Específicamente, se observa una deficiencia
en los hábitos alimentarios, mientras que la temperancia alcanza niveles
considerables y saludables. Por otro lado, la práctica de ejercicio físico es
escasa y el descanso es deficiente. Además, tanto la salud mental como la
esperanza espiritual muestran niveles deficientes.
En general, el estado de salud de la
muestra se encuentra en riesgo. Aunque la población estudiada está relacionada
con programas destinados a mejorar la salud, como "Pro Salud", se han
identificado deficiencias en aspectos clave para mantener un estilo de vida que
conduzca a un estado de salud óptimo.
Es necesario revisar las estrategias
de abordaje para asegurar la efectividad de los programas y lograr un buen
estado de salud en la población. Se requiere un enfoque más integral que
promueva cambios positivos en los diferentes aspectos del estilo de vida y así
mejorar el estado de salud de los participantes.
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